24 feb 2010

La voz del pueblo NO es la voz de Dios


Una de las frases con la cual se llenan la boca muchos de los políticos populistas es: "La voz del pueblo es la voz de Dios". La autoría de esta frase suele ser atribuida al poeta griego Hesíodo quien junto a Homero es considerado uno de los grandes autores de la antigüedad.

Un ensayo para analizar esta frase nos puede conducir a determinar si el razonamiento lógico de la misma es correcto o incorrecto:

Interpretación: Si la mayoría de la población de una región, país, ciudad, etc. (denominada "pueblo") decide algo, ese algo es lo correcto puesto que de alguna manera la voluntad de ese "pueblo" refleja la voluntad de su creador: Un dios todopoderoso y, por tanto, dueño de la verdad absoluta.

La voz del pueblo: La lógica de este concepto es de suponer que la mayoría de personas que vive en un determinado ámbito geográfico es el "pueblo". Entonces a lo que este pueblo decida sea por votación u otro medio se le denomina "voz del pueblo". Pero la primera falla de este razonamiento está en preguntarse:
  • ¿Quiénes conforman el pueblo?
  • ¿Puede denominarse pueblo a los ciudadanos de un país que deciden algo pero al mismo tiempo negar esta definición a los pobladores de un municipio de dicho país que decidieron en mayoría lo contrario?
La voz de Dios: En este caso, el concepto se cae por si solo:
  • ¿Puede la gente creerse Dios?
  • ¿Puede algún ser humano saber a ciencia cierta lo que Dios quiere para los humanos?
  • Dios (si existe), ¿puede tomar partida dentro los conflictos humanos?
Ahora bien, si sometemos la frase completa al análisis lógico nos encontramos con las siguientes preguntas:
  • ¿Puede ese pueblo atribuirse la voluntad de Dios? ¿En qué queda lo de "A César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios"?
  • ¿Puede Dios tener afinidades políticas? Si la respuesta fuese si, entonces tendríamos que concluir que Dios es tránsfuga y que en su momento apoyó el auge de los Nazis en Alemania, la revolución bolchevique en Rusia y las guerras de EEUU en Afganistán e Irak; todos estos procesos contaron, en un comienzo, con gran respaldo popular.
  • Aunque lo que el pueblo decida termine en éxito, lo más que se puede afirmar es que fue una preferencia acertada, pero nunca se puede concluir que es la verdad absoluta.
Este breve análisis no nos permite concluir que la frase de Hesíodo sea falsa. Sin embargo, nos permite cuando menos probar que es un razonamiento lógico incorrecto: una falacia. Es decir que los políticos populistas que repiten esta frase caen en la más burda demagogia.
Quizás, la frase debería ser rediseñada de la siguiente manera:
"La voz del pueblo NO NECESARIAMENTE es la voz de Dios"

1 comentario:

Choquehuanca Müller dijo...

Decía Marco Aurelio que "La opinión de 10.000 hombres no tiene valor si ninguno sabe de qué está hablando". Pues eso.